Después de mirar atrás, y analizar mi historia con respecto
a mi relación con la comida (alimentación secundaria), me he dado cuenta de
que, si bien es de suma importancia lo que comemos, no es tan trascendente como
la alimentación primaria, ó del alma.
Llevo más de la mitad de mi vida estudiando y experimentando diferentes
teorías dietéticas. Incluso cuando
empecé a estudiar para certificarme como Health Coach mi intención era
dedicarme a enseñarle a la gente cómo debería comer. Empecé a estudiar a muchos
autores: todos demuestran científicamente y con testimonios sus teorías, pero
si ponemos a todos estos autores en una mesa de debate, jamás terminarían de
ponerse de acuerdo. Los únicos alimentos
que están considerados de manera unánime como saludables son los vegetales de
hoja verde, algunas verduras, todas las moras (fresas, frambuesas, mora azul,
zarzamoras, etc), y algunas semillas como hemp, la chía y la linaza. Todo lo demás entra en polémica. Los alimentos
en los que todos coinciden que hay que evitar son: azúcar y harinas refinadas,
todos los alimentos refinados, procesados e industrializados. Me volví un poco loca ante tal confusión, y
terminé comiendo algunos días casi nada, y algunos otros compulsivamente
cualquier cantidad de alimentos prohibidos.
Decidí escribir mi historia en relación a la comida a manera
de terapia, y eso me ayudó a darme cuenta de que la raíz de todos los males no
está precisamente en la comida, sino en nuestra mente, en nuestro corazón y en
nuestra alma. Ahí es en donde tenemos que enfocar nuestra atención y nuestros
esfuerzos, y cuando comencemos a sanar en este nivel, comer sanamente vendrá
solo, y no será un esfuerzo y una lucha constante. De hecho, creo que es suficiente seguir las
siguientes reglas:
- Masticar muy bien la comida, hasta que sea
totalmente líquida dentro de la boca.
- Disfrutar la comida, no comer mientras leemos, vemos la
tele, chateamos, etc.
- Comer conscientemente, de manera que identifiquemos
aquellas comidas que nos provocan gases, hinchazón, estreñimiento, etc., y
podamos evitarlas.
- Comer únicamente comidas que fueron preparadas con cariño.
- Comer únicamente cuando de verdad tengas hambre.
- Comer hasta que te sientas satisfecho, no hasta que
sientas que el estómago te va a reventar.
Un indicador sería que aun después de comer tienes ganas de salir a caminar
ó de jugar con tus hijos.
- Tomar agua sólo cuando tengas sed.
- Comer sólo alimentos que te gusten mucho.
- Evitar los alimentos refinados, procesados, que vengan en
paquetes y que tengan una larga lista de
ingredientes.
- Disfrutar de lo tradicional.
- Incluir algún alimento fermentado.
Por lo tanto, mi blog está más enfocado a brindar recursos
para sanar a nivel de mente, alma y espíritu, de la mano con una alimentación
sana, consciente y sensata. Yo misma
estoy en el camino, y quiero compartirlo con ustedes. Estoy empezando a entender eso que dicen en
tantas tradiciones espirituales de que todos somos uno, y que cuando alguien
adelanta un poco en su desarrollo se crea como un efecto dominó y empezamos a
mejorar todos. Ya no es el momento de
competir, sino de compartir, y utilizaré este blog para ayudarme y ayudar a
otros a sanar de manera holísitica e integral.
¡¡¡¡Gracias por acompañarme en este camino!!!!
“Nacimos para ser
felices, no para ser perfectos…El amanecer es la parte más bonita del día
porque es cuando Dios te dice: “levántate! Te regalo otra oportunidad de vivir
y comenzar nuevamente de mi mano”. Los días buenos te dan FELICIDAD, los malos
te dan EXPERIENCIA, los intentos te mantienen FUERTE, las pruebas te mantienen
HUMANO, las caídas te mantienen HUMILDE, pero sólo DIOS te mantiene de pie!”
Juan Pablo II
Muchas felicidades y en hora buena Dios te bendiga a tu familia y tu trabajo.
ResponderBorrarMuy enriquecedor tu artículo. Muchas gracias por regalarnos tu experiencia. Por supuesto que te voy a estar leyendo y compartiendo tu blog. Felicidades.
ResponderBorrarIñaki
Muchas gracias!!! :)
ResponderBorrar