Definitivamente mientras más estudio cualquier fenómeno
natural, desde el funcionamiento del cuerpo humano ó de cualquier ser vivo
hasta la interacción de cada uno de ellos dentro de un ecosistema, ó los
sistemas solares, las galaxias, las estrellas… el universo en general, más creo
en la fuerza creadora que hay detrás de todo ese orden tan complejo, llámesele a
esta fuerza como se le quiera llamar (Dios, Inteligencia Divina, Arquitecto del
Universo, Creador, etc). Y en mi camino
de búsqueda personal, mi deseo de solucionar mis problemas existenciales me ha
llevado a estudiar, observarme, preguntarme porqués, y por ahora he llegado a la
conclusión de que todos esos problemas tienen su origen en que vivo en estado
de desconexión con esa Fuerza, que vivo queriendo alimentar al ego, que es el
que nos mantiene desconectados de Ella.
Creo que todos los
seres vivos (excepto la mayoría de los seres humanos) están intrínsecamente conectados
con la Divinidad. A los animales nadie
les dice qué, cuánto y cómo comer, a dónde emigrar, cómo cazar, etc… todo lo
hacen por instinto, ¡y es maravilloso con qué exactitud realizan lo que es
necesario para su supervivencia!, instinto del cual nosotros como seres humanos
nos alejamos cada vez más y más, y estamos pagando un precio muy alto. Viviendo en ese estado de desconexión
generamos un vacío, que queremos llenar con comida, drogas, alcohol, café,
tabaco, sexo, dinero, fama, etc. Y
mientras más de todo esto tenemos, más queremos y nunca estamos conformes. En mi caso, por ejemplo, este vacío lo he
querido llenar principalmente con mi obsesión por la comida, ya sea en el modo
de ser la más disciplinada de las disciplinadas y seguir estrictamente las
reglas de “X” ó “Y” corriente dietética (baja en grasas, baja en carbohidratos,
baja en calorías, vegana, crudivegana estricta, etc) y estar muy delgada (nunca conforme), ó en el comer
desordenadamente, dándome atracones de comida, sintiéndome culpable y mal
físicamente por comer tanto, y con sobrepeso y la autoestima por los
suelos. Toda mi vida he pasado de uno a
otro estado; tengo fotos en donde peso 70 kg, y otras en donde peso 48 kg. Y sé que muchísima gente se encuentra en las
mismas. Y el más grande error que
cometemos es insistir en sólo enfocarnos en arreglar nuestra situación con la
comida y el peso, prestando atención a cada gramo que se sube ó se baja,
planeando dietas por hacer, fantaseando con que cuando seamos delgados todo en
nuestra vida se solucionará, y cuando llegamos a alcanzar nuestra meta del peso
ideal éste se nos esfuma de las manos y volvemos a ganar el peso perdido en
cuestión de unas pocas semanas, para volver a iniciar con el círculo vicioso. ¿Por qué?
Porque nuestro verdadero problema se encuentra mucho más allá de todo
esto, porque todo ese terrible ciclo de sufrimiento es un efecto, que tiene su
causa en lo más profundo de nuestro Ser.
Necesitamos re-conectarnos.
Aprender a escuchar a cada una de nuestras células, observar nuestro
cuerpo, conocerlo a fondo. Si en verdad estamos atentos a los mensajes que nos
envía nuestro sabio cuerpo, y sólo comemos cuando tenemos hambre y paramos de
comer cuando ya estamos satisfechos (no llenos hasta el tope), el sobrepeso se
desaparecerá por sí mismo, y esto lo sé por experiencia propia. Cuando hemos aprendido a observar el cuerpo a
fondo, entonces también aprenderemos a observar nuestra mente. Tarea bastante
compleja (paradógicamente también, pues podría pensarse que lo más sencillo del
mundo es conocer nuestro propio cuerpo y nuestra mente). Nuestro cuerpo y nuestra mente es lo que
tenemos más próximo y es el medio que
nos va a ayudar a conectarnos con la Inteligencia Divina que reside en todos y
cada uno de nosotros. Los que tenemos problemas de desórdenes alimenticios (ya
sea comer compulsivo, anorexia, bulimia, ortorexia), es precisamente ese
problema el que nos va a dar la llave para reconectar. Para nosotros la comida es nuestro maestro,
ya que hasta que no abordemos el problema desde su raíz, seguiremos peleando
por conseguir el “peso ideal” inalcanzable, ó el estado de salud perfecta, ó pensando que ya no tenemos remedio, que
somos unos débiles de voluntad y que ni caso tiene el esforzarse por estar
sanos y delgados.
Solamente abordando el problema desde nuestro vacío
espiritual podremos solucionar de manera total nuestra relación con la comida,
que va de la mano con otros aspectos de nuestra vida con los que estemos
atorados y nos generen sufrimiento.
Trabajemos para conectar con lo divino, para encontrar paz y
felicidad en nuestras vidas, para llenar ese vacío que genera tanto
sufrimiento. Cada quien tiene su propio
camino. Observa, escucha, siente, ama y
agradece para encontrar el tuyo.