jueves, 3 de diciembre de 2015

Reconectar con nuestra Esencia

Definitivamente mientras más estudio cualquier fenómeno natural, desde el funcionamiento del cuerpo humano ó de cualquier ser vivo hasta la interacción de cada uno de ellos dentro de un ecosistema, ó los sistemas solares, las galaxias, las estrellas… el universo en general, más creo en la fuerza creadora que hay detrás de todo ese orden tan complejo, llámesele a esta fuerza como se le quiera llamar (Dios, Inteligencia Divina, Arquitecto del Universo, Creador, etc).  Y en mi camino de búsqueda personal, mi deseo de solucionar mis problemas existenciales me ha llevado a estudiar, observarme, preguntarme porqués, y por ahora he llegado a la conclusión de que todos esos problemas tienen su origen en que vivo en estado de desconexión con esa Fuerza, que vivo queriendo alimentar al ego, que es el que nos mantiene desconectados de Ella.
Creo que todos  los seres vivos (excepto la mayoría de los seres humanos) están intrínsecamente conectados con la Divinidad.  A los animales nadie les dice qué, cuánto y cómo comer, a dónde emigrar, cómo cazar, etc… todo lo hacen por instinto, ¡y es maravilloso con qué exactitud realizan lo que es necesario para su supervivencia!, instinto del cual nosotros como seres humanos nos alejamos cada vez más y más, y estamos pagando un precio muy alto.  Viviendo en ese estado de desconexión generamos un vacío, que queremos llenar con comida, drogas, alcohol, café, tabaco, sexo, dinero, fama, etc.  Y mientras más de todo esto tenemos, más queremos y nunca estamos conformes.  En mi caso, por ejemplo, este vacío lo he querido llenar principalmente con mi obsesión por la comida, ya sea en el modo de ser la más disciplinada de las disciplinadas y seguir estrictamente las reglas de “X” ó “Y” corriente dietética (baja en grasas, baja en carbohidratos, baja en calorías, vegana, crudivegana estricta, etc) y estar muy delgada  (nunca conforme), ó en el comer desordenadamente, dándome atracones de comida, sintiéndome culpable y mal físicamente por comer tanto, y con sobrepeso y la autoestima por los suelos.  Toda mi vida he pasado de uno a otro estado; tengo fotos en donde peso 70 kg, y otras en donde peso 48 kg.  Y sé que muchísima gente se encuentra en las mismas.  Y el más grande error que cometemos es insistir en sólo enfocarnos en arreglar nuestra situación con la comida y el peso, prestando atención a cada gramo que se sube ó se baja, planeando dietas por hacer, fantaseando con que cuando seamos delgados todo en nuestra vida se solucionará, y cuando llegamos a alcanzar nuestra meta del peso ideal éste se nos esfuma de las manos y volvemos a ganar el peso perdido en cuestión de unas pocas semanas, para volver a iniciar con el círculo vicioso.  ¿Por qué?  Porque nuestro verdadero problema se encuentra mucho más allá de todo esto, porque todo ese terrible ciclo de sufrimiento es un efecto, que tiene su causa en lo más profundo de nuestro Ser.
Necesitamos re-conectarnos.  Aprender a escuchar a cada una de nuestras células, observar nuestro cuerpo, conocerlo a fondo. Si en verdad estamos atentos a los mensajes que nos envía nuestro sabio cuerpo, y sólo comemos cuando tenemos hambre y paramos de comer cuando ya estamos satisfechos (no llenos hasta el tope), el sobrepeso se desaparecerá por sí mismo, y esto lo sé por experiencia propia.  Cuando hemos aprendido a observar el cuerpo a fondo, entonces también aprenderemos a observar nuestra mente. Tarea bastante compleja (paradógicamente también, pues podría pensarse que lo más sencillo del mundo es conocer nuestro propio cuerpo y nuestra mente).   Nuestro cuerpo y nuestra mente es lo que tenemos más próximo  y es el medio que nos va a ayudar a conectarnos con la Inteligencia Divina que reside en todos y cada uno de nosotros. Los que tenemos problemas de desórdenes alimenticios (ya sea comer compulsivo, anorexia, bulimia, ortorexia), es precisamente ese problema el que nos va a dar la llave para reconectar.  Para nosotros la comida es nuestro maestro, ya que hasta que no abordemos el problema desde su raíz, seguiremos peleando por conseguir el “peso ideal” inalcanzable, ó el estado de salud perfecta,  ó pensando que ya no tenemos remedio, que somos unos débiles de voluntad y que ni caso tiene el esforzarse por estar sanos y delgados.
Solamente abordando el problema desde nuestro vacío espiritual podremos solucionar de manera total nuestra relación con la comida, que va de la mano con otros aspectos de nuestra vida con los que estemos atorados y nos generen sufrimiento. 

Trabajemos para conectar con lo divino, para encontrar paz y felicidad en nuestras vidas, para llenar ese vacío que genera tanto sufrimiento.  Cada quien tiene su propio camino.  Observa, escucha, siente, ama y agradece para encontrar el tuyo.